Resumen
Una de las fonnas más frecuentes de aproximarse al México colonial es mediante los relatos de los cronistas; a través de la descripción de hechos, lugares y personas, el estudioso o el simple lector participa de manera amena y vívida de los episodios más relevantes de un detenninado momento histórico. No obstante, estas obras monumentales, documentadas ampliamente y escritas muchas veces con un estilo pulido y esmerado, no suelen incorporar los sucesos que acontecen al hombre común y que resultan tan importantes (como la narración de una gesta o la descripción de un héroe) para el conocimiento global de una época. Estos testimonios, que al igual que las crónicas son una importantísima fuente primaria, se conservan en los archivos nacionales y estatales de México. En ellos podemos encontrar juicios civiles y criminales, censos, testamentos, actas de cabildo, etcétera. De ahí, que sea fácil enterarnos, por ejemplo, del proceso ordenado por el obispo de Oaxaca, fray Bernardo de Alburquerque contra el vicario de Ometepec y Yoalapa, Lázaro de Grijalva, por vejaciones y simonía, o bien del juicio entablado entre Juan Gregorio y José Muñoz por un terreno en Apantenco.
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Derechos de autor 1992 Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Históricas

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